28 septiembre 2006

Camino

Recorro un camino nuevo que salva un río. El sol juega al escondite con las nubes y mi ánimo se esconde en el armario. Me adelanta un coche fúnebre que regala un destello de flores en el parabrisas. Penúltimo trayecto por el mundo de los vivos, el que te lleva hasta la puerta del cementerio. Unos pasos para salvar la distancia a la tumba y punto final. Adiós. Quedan los tuyos recordándote, esperándote, llorando tu ausencia a hurtadillas. Un reguero de calor es la pista que nos reunirá, antes de lo que pensamos, a todos juntos, felices, nunca más solos.