02 junio 2006

La Dalia negra (1987)


Veo las fotos del cuerpo mutilado de la muchacha, casi sesenta años después de la carnicería. En blanco y negro. Siento el pavor, Los Angeles, 1947. La victoria en la Gran Guerra dejó intactos los demonios de un país condenado a ser un imperio. Mis manos tiemblan y soy Bucky Bleichert. También hay retratos de la chica viva, en bañador, sonriente. Después, el horror.
Novela cumbre de la narrativa de James Ellroy. Una vuelta de tuerca en la historia de Estados Unidos que Ellroy escribe, talla, recrea, cincela, novela a novela, con un escalpelo como el del asesino de la Dalia. El cine mudo, el aluvión de emigrantes hacia la promesa de una vida mejor al sol de California, la expansión de Los Angeles, los estragos de la Segunda Guerra Mundial, los entresijos del poder político e inmobiliario, un gigantesco Departamento de Policía tan animal como los delicuentes que persigue.
No hay respiro. La vida tampoco los da.No hay personajes buenos en el sentido clásico de la palabra, aunque consigue que te identifiques con esos peatones de la Historia que tratan desesperadamente de arrojar algo de luz sobre los rincones oscuros.
Quinientas páginas que leo por segunda vez, disfrutando de cada palabra, deseando que no se termine nunca, y eso que cada página es una patada a Sólo dos. Bien es cierto que las costuras de la escritura se abren y dejan entrever la estructura de la obra. Aún así, Ellroy retuerce certeramente la trama dejando una tesis sobre la maldad justificada y sobre la absurda, sobre las dobleces del alma, sobre la pobreza de espíritu, sobre un tiempo que no da oportunidades, en un pais tan atractivo como caníbal con sus hijos, los propios y los adoptados. Y Méjico es el patio donde sueltan los pocos instintos que se reprimen al norte del Rio Grande. Montañas de cadáveres, bebida, drogas, todo al sol, eso sí. El infierno a un paso.
Enseguida, De Palma pondrá en la pantalla la historia de Liz Short, la Dalia, interpretada por Mia Kirshner. Josh Harnett será Bucky Bleichert, Aaron Eckhart el sargento Blanchard y Hilary Swank la heredera Sprague. Ah, y Scarlett Johanson como Kay Lake. Musica de Mark Isham (Crash, Spartan), foto de Vilmos Zsigmond (Blow Out, Heaven’s gate).
Espero impaciente.

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